Hace unos años, antes de que llegara la primera cotorra al jardín, teníamos una pareja de tórtolas, se podría decir de forma habitual, y que durante tres primaveras consecutivas hicieron el nido en el árbol ciruelo.
Lo curioso es que siempre hacían dicho nido en la misma rama del árbol, y hacían dos puestas por primavera, de la que salían dos polluelos.
Cuando conseguía verlos, eran bastante grandes, tanto como sus padres.
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