"Juntitos"

Juntitos esperan, aparentemente con paciencia a que les eche la comida.


Cuando notan que la cosa se demora más de la cuenta, el comedero sufre las consecuencias.


Empiezan a impacientarse, y se van mosqueando poquito a poco.


Mis oídos sufren las consecuencias, sus chillidos van en aumento.

Y....... "¡ahora voy y no....pío!".

"Al vuelo"

Cuando sale un rallito de sol, los loritos se animan, y juegan en el jardín al corre que te pillo.

A ver quien llega primero al comedero.

Un pase de pareja.

Y el más rápido se queda con el comedero.

"Visitas no deseadas"

La linterna mágica:

El pasado fin de semana, se han dejado ver, esos visitantes de jardín tan inoportunos y poco deseados.

Lo que más me llamó la atención, es el descaro que tienen.

Se mueven como se suele decir "como perico por su casa"

El pienso de los loritos les va de perlas, y se acercan a comerlo.

Aunque son unos animalitos "simpáticos", viéndolos de lejos, a mi no me gustan nada de nada, y si entran en casa, me voy a poner de los nervios.

¡Ya decía yo que se movía con mucha rapidez!

¡Mira quien acecha!

Aunque no es un pajarito......

Se ha colado en el árbol ciruelo, un lindo gatito.



Ayer a la tarde, les eché de comer a los pájaros, como todos los días. Me llamó la atención, que no bajaban a comer, pero a veces tardan si notan algo anormal. No presté más atención, hasta que más tarde, volví a fijarme y seguía todo en silencio.

Desde la ventana de la cocina miré hacia los comederos que cuelgan del árbol, y no se veía ni uno.

¡Cuál es mi asombro, cuando veo un gato!

El acceso a gatos en el jardín de elisa, es bastante difícil, y esta proeza gatuna, tiene, su mérito.

Está claro que el gatito debía de tener mucho apetito, y dijo: " aquí no hay obstáculo que se resista, y me he colado en el jardín, como un pajarito más".

El problema surge, cuando yo salgo al jardín, y aunque intento no asustarlo, el gato quiere bajar.

La cosa está complicada, y vuelve a subir.

Esto se está poniendo muy feo.

El gatito se ha metido en un buen lío.

Lo ha tenido complicado, pero al final consigue saltar.

El pollo de mirlo

La primavera pasada uno de los pollos de mirlo:

Este pollito, aparentemente tranquilo, tan colocado en la roca que hay al fondo del jardín, tuvo una llegada un tanto estresante a él.

Antes de llegar a dicho lugar paso por un canalón que recoge las aguas en un paso que hay desde la cocina al jardín de elisa, para terminar en el suelo de mi cocina muerto de miedo.

El caso es que estaba yo empezando a tomar mi desayuno como todos los días y oigo un piar que procede de dicho paso, y así me tire media mañana escuchando el pío pío, y no viendo quien lo emitía. Hasta que después de mirar y remirar, veo unos ojillos que asoman desde el canalón. Mi dilema era que hacer, porque aunque me gustan mucho los pájaros, lo de cogerlos no es lo mio.

Me tiré media mañana pensando que hacer, y mientras el piar no cesaba, uniéndose desde fuera al de los padres que al oír al pollo le respondían.

Como el pollo no se movía decidí intentar cogerlo, eso si, me puse guantes de jardinería y con muchisimos nervios me puse manos a la obra, lo cogí, pero con tanto miedo a estrujarlo, que el pobre pollo se me cayó al suelo y a saltos entro en la cocina. No se quien estaba más asustada si él o yo. Como ese día no me apetecía comer pollo asado, hice mi segunda y última intentona, lo cogí, y salí pitando con él al jardín, donde lo coloque en la roca, que sirve de trampolín a todo aquel que necesita aprender a volar.

Nada más entrar en casa, los papás estaban ya con el polluelo, dándole de comer.

Así se tiro varios días en mi jardín, haciendo sus pinitos de vuelo, de la roca, a la caseta, de ésta al suelo, para volver de nuevo a la roca, donde se quedaba como una estatua.

Cuando bajaba al suelo, lo hacía con sus padres, andando a saltitos a su alrededor, moviendo las alas pidiendo comida.

Según pasaban los días, se iba haciendo más osado, y tomaba el jardín por su hogar, moviéndose a su antojo de un lugar a otro.

Poco a poco, aprendió a volar, y las alturas ya no le suponían ningún obstáculo.

Todas las primaveras se juntan en el jardín crías no solo de mirlos que hacen especiales estos meses del año.

Mirlos

Todas las primaveras el jardín tiene una pareja de mirlos de forma permanente en él.

Esto no quiere decir que algún otro no se acerque, sobre todo a tomar un baño, y refrescarse:

Si, los mirlos son pájaros muy limpios, los observo bañarse, chapucean en el agua, una y otra vez, y se están un buen rato, y aunque yo salga al jardín no interrumpen el baño, salen del estanque, se sacuden y vuelta otra vez a meterse en él.

Después del remojo, se ponen al sol, quedandose inmóviles durante un largo rato:

Después, llega la hora de picar algo, preferiblemente les gustan las lombrices, pero éstas escasean a veces, con lo cual, si hay algo de pan:

O un trozo de las manzanas que dejan los loros, son aprovechadas por ellos, con gran deleite.

O las ciruelas rojas del árbol, cuando caen maduras al suelo, les supone un gran festín.

Bueno, la verdad, es que son un elemento muy decorativo en mi jardín.

Llega la Primavera

La primavera está aquí, aunque aun no es oficial, en mi jardín ya hace unos días que comenzó.

El árbol ciruelo se ha llenado de flores blancas, que cuando caen al suelo parecen confetis.



Los mirlos han comenzado a llenar el jardín con sus cantos.




Todos los años llama mi atención, una pareja (no se si es la misma), que se hace residente habitual del jardín de elisa.

El macho:




La hembra:

¿Dónde están las pipas?

Este comedero, mejor dicho, bebedero, convertido en comedero, les trae locos.

Me acabo de dar cuenta de la razón. Lo dicho en el párrafo de arriba. Por eso, y porque a través del orificio ven las pipas, y pensarán: ¿habrá forma más fácil de cogerlas?




Pues, si. Aunque no estuve presente cuando le han sacado la caperuza de plástico, estaba claro que les estorbaba un poco:

El problema viene a continuación, si el recipiente no está lleno, ¡hum!:

¡Mira que esta difícil conseguir hoy una simple pipa!

¡Por fin!