viernes, 30 de abril de 2010

Kramer y su bulto en el cuello

Kramer sigue viniendo por el jardín todos los días a comer, esta foto es de hace una semana, y como puede verse el bulto sigue ahí.

La semana pasada, como seguía intrigada por lo que podía pasarle al lorito, se me ocurrió mandar un e-mail al "Loro Parque" (Tenerífe), ya que ahí tienen una clínica de loros.

Hace dos días me contestaron, les agradezco mucho su información, por cierto.
Me han dicho que podía haber sufrido un golpe o un ataque de otro pájaro. O que se le hubiera roto un saco aéreo y que tuviese bajo su plumaje la piel inflamada como si fuese un globo. O también podría tratarse de una acumulación de grasa o algún tumor.

Para saber que tratamiento haría falta en su caso, lo tendría que ver un veterinario, y claro para ello habría que capturarlo.

No me imagino como se podría capturar, además del susto que se llevaría el pobre pájaro.

Lo único que espero es que entre todas estas posibilidades, que tan claramente me ha descrito "el loro parque", sea la menos dañina, y Kramer pueda seguir viniendo al jardín muchos días más.
Esta foto es de esta semana (finales de abril), y estoy bastante sorprendida, ya que el bulto le ha disminuido.

Espero que siga así, me daría una gran alegría, ya que echaría de menos la compañía del lorito.

Con respecto a la otra cotorra, sigue sin aparecer, no se que la habrá pasado a "El Rubio", quiero pensar que se ha ido de ligue, y que a lo mejor aparece con compañía, como hizo Kramer, el año pasado, que apareció con él.

miércoles, 28 de abril de 2010

El primer baño

Este pollo de mirlo, observa detenidamente, el agua del estanque, dudando en si darse o no un refrescante baño.

Esta claro que primero hay que probar si el agua no esta muy fría.

Y después se meterá de cabeza.

Para seguir con el resto del cuerpo.

A continuación una buena sacudida de plumas.

Y a continuar con un buen repasillo...

"¡Menudo baño que me he dado!"


lunes, 26 de abril de 2010

"Quiero comer"

Este es el primer pollo que ha bajado a comer en esta primavera al jardín.

Su madre vela por él, vigilante, mientras papá mirlo va en busca de comida.

El pollo esta hambriento, y su padre no duda ni en un momento en llenarle el pico.

Me resulta curioso, ver todos los años que es el macho el que da de comer a las crías, o yo por lo menos no he visto a la hembra hacerlo.

La cría de mirlo, anda a saltitos por el jardín sin alejarse de sus padres, espera con paciencia a que le lleven de comer.

Aún no se percibe si es hembra o macho.

El padre se encargará en días sucesivos de enseñarle a comer por si mismo, pero mientras tanto, el papá mirlo tiene la gran tarea de conseguir alimento, cueste lo que cueste, ya que el piar de su pollo es insistente.

Ha visto los trozos de manzana que dejo en la caseta para los loros, y no se lo piensa dos veces, lo coge con su pico, para tirarlo al suelo, y en él comérselo.



jueves, 22 de abril de 2010

¿Dónde estás "Rubio"?

Desde hace 10 días aproximadamente, no consigo ver al Rubio.

En primavera, suelen andar con horarios más libres, pero lo que me extraña, es que Kramer sigue viniendo a comer, solo sin su compañero.

Las últimas fotos que les he sacado juntos es de hace menos de dos semanas, estaban los dos juntos en el árbol ciruelo, al atardecer, y se las saque desde la puerta que da al jardín, a un metro de distancia.

Estuvieron dando una serenata típica de cotorras.

No se, si a través del cristal, me podían ver, pero estaban tan tranquilos.

Conseguí abrir la puerta despacito, y tan campantes, posaron para mi como dos expertos modelos.

El Rubio, es el que está en primer lugar, y Kramer detrás, ya se le nota el bulto del cuello.
Sigo sin saber que es lo que tiene.


martes, 20 de abril de 2010

"Los tortolitos"

En el jardín de elisa, la primavera da paso a los primeros emparejamientos.

Juntos pasean como, nunca mejor dicho, los tortolitos.

He de suponer que el que va detrás, todo estirado, es el macho, que sigue sin tregua a la hembra.

Bajo la vigilancia de otra turca, bien arrimaditos, están los tortolitos.


Piquito a piquito......



Al fin un respiro....



jueves, 15 de abril de 2010

Preocupada por Kramer

Desde hace aproximadamente un mes, he notado un cambio en Kramer, y no me preocuparía si en los cuatro años que lleva viniendo al jardín, fuera la primera vez que le noto lo siguiente:

Fijándose en la foto se puede apreciar el bulto que tiene detrás del cuello y también por delante:
Podría pensar que se le hincha, como a los palomos en época primaveral, cuando van detrás de una paloma, pero el caso es que la cotorra Kramer, lo tiene así seguido, desde hace unas pocas semanas.





Ojalá me equivoque y no sea nada importante.

La primavera pasada, una tórtola turca estuvo en el jardín en plan estatua, varios días.


Y como se puede ver en las fotos tenía también el "papo" hinchado.



martes, 13 de abril de 2010

El gorrión murciélago

He dudado en llamar a esta entrada en vez de el "gorrión murciélago" , "el rosal asesino".

Esta tarde, me he llevado un buen susto y un gran apuro.

Salí al jardín como todos los dias a echar de comer a los pájaros y a llenar las fuentes, y cual es mi sorpresa, cuando haciendo esto último, es decir, llenar uno de los estanques que tengo debajo de un rosal trepador, cuando oigo un piar acompañado de un revoloteo, que claro, sonaba a pajarito, pero ¿dónde?.

Miro hacia arriba, y en una de las ramas del rosal, suspendido cabeza a bajo, tal como un vampiro, y enganchado por las dos patitas, habia un gorrión, desesperado, aleteando como podía, para intentar salir de semejante lío.



Menudo agobio que me dió, ya comenté, en otra ocasión, con el pollo de mirlo, que lo mío no es coger pájaros.

No podía comprender como quedó preso de la rama, y lo primero que se me ocurrió fué llamar a mi amigo Pedro, dispuesto en todo momento a sacarme de semejantes líos. Pero sopesé bien el tiempo que podría resistir el pobre gorrión, colgado de semejante manera, a que llegara mi amigo, asi que me dispuse, con el corazón en un puño a intentar resolver el problema.

Lo primero que hice, fue agarrar la escoba del jardín y despacio empujar al pajarito hacia arriba, para ver si podía soltarse, pero nada, estaba bien enganchado. El pobre animalito, si no se moría de semejante postura, con el susto de la escoba, le iba a acelerar yo la muerte.

Asi que recurrí, a los ya tan conocidos guantes de jardín, utilizados como anteriormente hice con el pollo de mirlo, y ahora además tambien tuve que coger la escalera, ya que sino, no llegaba hasta él.
El gorrión piaba y piaba sin parar, y como no paraba de moverse le coloqué mi mano enguantada por debajo de su pecho sin apretar, solo para que se sostuviera, mientras yo intentaba con la otra mano desliarle las patas.

El gorrión se quedó tan inmóvil, que llegué a pensar que le había dado un infarto, pero yo, ya puesta no me lo pensé dos veces y ví que las patitas las tenía enganchadas en una espina del rosal, y que aunque, intenté tirar despacio de ellas no había forma de soltarlas.

Ya empezaba yo a sudar de la tensión y de no saber que hacer, hasta que lo único que se me pasó por la mente, fue cortar con la mano el trozo de rama, con lo que conseguí partirla, y de paso pincharme, pero con gran alivio, porque el gorrióncito salió volando.