El otro día llovía a mares, y el Rubio llego al jardín empapado. Nunca en el tiempo que llevan viniendo por aquí había visto a ninguna de las cotorras así de mojadas.
Parece que me esta diciendo: ¡Qué miras! ¿a caso tú no te has puesto como un pito alguna vez?:
Eso no le impide hacer piruetas:
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