El otro día por la tarde, estaba paseando por los Cantones, cuando oí a mi amigo Kramer, estuve siguiendo su sonido, hasta que dí con él.
Mete su cabeza en un agujero que hay en ella, y esta la mar de entretenido, haciendo ruidos.
Le silbo, y saca su cabeza, ¿me reconoce?, no lo sé, pero mira.
Más tarde sigue con su faena, interrumpida un par de veces por una pega, que lo larga de su agujero, y lo persigue por los jardines, pero eso no le impide volver al lugar.
Lo que no sé, es si dentro del tronco de una palmera hay algo comestible o, lo más probable es que sea un lugar más adecuado para pasar el invierno, que en la rama de un árbol,
Lo estuve observando unos veinte minutos, y cuando ya empezaba a caer la tarde, salió volando en dirección al Parque de Santa Margarita, es de suponer que iría al Jardín de Elisa a cenar.
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