El Gavilán, mira atento mis mínimos movimientos, estoy muy cerca y aunque no parece asustado, se detiene vigilante.
No por eso vuelve inmediatamente a su tarea, que es comerse ese suculento pajarito.
Nunca pensé que un gorrión diera para tanto, pero le llevó devorarlo tres cuartos de hora.
Aunque a mi no me resulta muy agradable, y la verdad que mientras estaba con la cámara, no veía con tan detalle lo que luego sale en la foto. Pero yo creo que lo que tiene en la boca es la patita.
Aquí me ha puesto cara de "fiera", menos mal que tengo delante la cristalera, porque la verdad es que impone su mirada.
Bueno, esto es lo que ha quedado del pajarito, solo plumas, no me imaginé, que tuviera tantas .
No hay comentarios:
Publicar un comentario