Hace un par de meses cuando salía al jardín, notaba que alguien revoloteaba a mi alrededor, lo que no me podía imaginar, es que este pajarito, saliera tan espabilado.
Empezó comiendo directamente del comedero delante de mí sin demostrar miedo alguno, y cuando me veía por la ventana del jardín, se ponía a revolotear delante del cristal, hasta un día llego a entrar en el porche reclamando a chillido limpio mi presencia.
La amistad ha ido mejorando con el paso de los días y el avance de la primavera, que lo ha hecho padre/madre, y con ayuda de una rica magdalena se ha acercado a comer de mi mano con una confianza asombrosa.
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