Kramer cada día que pasa se vuelve más atrevido, si su comedero (el del árbol) no tiene comida no le importa probar en este otro.
Bueno, la cosa esta dificíl y aunque yo lo estoy viendo desde la cocina, espero a ver lo que hace, antes de salir y echarle las pipas.
Yo creo que me esta mirando, e imagino que me dice: ¡anda una pipa por favor!
Estos días la cotorra de kramer anda por ahí de paseo, viene lo justo al jardín, come por la mañana y al atardecer aparece de nuevo. Todas las primaveras hace lo mismo, busca pareja.